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Activistas, arquitectos y académicos unieron fuerzas e instalaron entre los barrotes que dividen a Nuevo México de Chihuahua algunos sube y baja para que niños y no tan niños organicen citas binacionales y jueguen, en contexto de una fricción impulsada por el discurso xenófobo de Donald Trump.
 
En Estados Unidos (EU), el proyecto fue coordinado por los arquitectos Virginia San Fratello y Ronald Rael; en México, el encargado es Omar Ríos vía Colectivo Chopeke para atender “la realidad social fronteriza desde la arquitectura socio-ambiental para corregir desigualdades y mejorar la calidad de vida”.
 
El punto exacto para visitar esta parque improvisado es:
 
El paso, Texas, del lado estadounidense
Ciudad Juárez, Chihuahua, del lado mexicano
Personas se reunieron en este punto para compartir los juegos, tomar fotografías y filmar videos, además de turnarse asientos para disfrutar de un momento de sana diversión en un pedacito de los tres mil 185 kilómetros de frontera común, según datos de la Comisión Internacional de Límites y Aguas(CILA).