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El miércoles en la tarde, cuando Donald Trump decidió inesperadamente salir de la Casa Blanca y tomar el helicóptero presidencial hacia la base aérea de Delaware para rendirle homenaje al primer militar caído en combate durante su mandato, Melania Trump, la primera dama, no estaba en casa con él. Estaba, de hecho, a 224 millas de distancia ocupándose de Barron, el menor del linaje Trump.

En un evento como estos, sin embargo, en donde de lo que se trata es de rendir honores, era mejor que el presiente fuera acompañado. La que sí estaba en la Casa Blanca presta a responder a las decisiones intempestivas de su padre era Ivanka Trump, su hija mayor, quien se apañó con un sofisticado abrigo en negro y azul –perfecto para llevar el luto con gracia–, y quien salió a tiempo para acompañar al presidente en la diligencia.