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WASHINGTON, DC.- Su retórica también comienza a buscar un voto concreto, el que hasta ahora se ha decantado por el mismo personaje.

Clinton habló la noche del martes desde Miami, cortejando ya Florida 15 días antes de sus primarias, repartiendo un mensaje de amor para contrarrestar el mensaje de odio y exclusión del favorito del bando republicano.

Con un mensaje que podía quedar circunscrito bajo el titular de “todo lo que necesitas es amor”, la candidata demócrata habló de unidad, de confianza y de honestidad. Todos los anteriores son atributos de los que carece Donald Trump según sus detractores.

Todo en su alocución fueron referencias veladas al favorito republicano pero claramente reconocibles.

“En lugar de construir muros”, dijo Clinton, “construyamos escaleras que lleven a nuevas oportunidades”.

Frente al lema de Trump de “hacer América grande de nuevo”, Clinton propuso “hacer de América una sola”.

“Lo que necesitamos hoy es más amor y amabilidad”, reiteró la ex senadora frente al discurso del miedo de sus principales rivales republicanos.

“Tenemos que restaurar los lazos de confianza el país”.

Satisfecha con el resultado que iba desgranando la larga noche de numerosas primarias, Clinton anunció que lo que estaba en juego en esta elección nunca ha sido tan alto.

“La retórica que estamos escuchando en el otro lado nunca ha sido más baja”, criticó la ex Secretaria de Estado, apelando al voto que hasta ahora ha optado por Trump.

Y por supuesto la cercanía al actual Presidente. Desde principios de año, Hillary Clinton no pierde oportunidad de hacer una defensa apasionada del legado de Obama. Ya no queda rastro de las críticas que hizo a su antiguo rival y posterior jefe.

“Hemos llegado demasiado lejos en este país para echar marcha atrás en los avances que hemos logrado”, proclamó.

Para Hillary Clinton y Bernie Sanders la noche fue según el guion previsto que habían escrito los sondeos. No hubo sorpresas. Nada más comenzar la noche, con el cierre de los colegios electorales de las tres primarias de la jornada, Clinton comenzaba lo que sería su gran noche y se hacía cómodamente con la victoria de Virginia y Georgia mientras que Sanders arrasaba en el Estado del que es senador, Vermont. Una hora más tarde llegaría Alabama y Tennesse. Luego Arkansas. Más tarde Texas.

De los 11 Estados en liza, 7 cayeron del lado de Clinton.

El resultado de la noche era la última confirmación de que la ex Secretaria de Estado ya había dejado atrás los fantasmas que atemorizaron su campaña semanas antes de Iowa, cuando el senador de Vermont conmocionó al establishment demócrata acercándose, y superando en algunos casos peligrosamente en las encuestas, a Clinton.

La candidata demócrata salvó los muebles por la mínima en el primer Estado de la nación en celebrar caucus y cayó derrotada poco más de una semana después en New Hampshire frente a Sanders.

El Súper Martes seguía la tendencia iniciada en Nevada y después en Carolina del Sur, donde Clinton barrió a su oponente por casi 50 puntos de ventaja. Esa victoria expuso la abrumadora mayoría que la ex Primera Dama le sacaba al senador de Vermont en cuanto al voto de la población afroamericana se trataba. Algo que se repetiría esta noche, con siete Estados del Súper Martes en el sur, con importante peso del voto afroamericano.

Pero ante que Clinton había hablado Sanders. Cuando no eran ni siquiera las ocho de la noche, desde Essex Junction (Vermont), donde está su cuartel general electoral, el senador que se define socialista decía que “la batalla” no estaba decidida todavía.

“Al final de la noche tendremos ganados cientos de delegados. Hemos andado un largo camino en diez meses”, declaraba Sanders, que lleva días afónico pero aún así seguía dando las gracias como si fuera el primer día a sus seguidores.

“En esta campaña no se trata solo de elegir a un Presidente, sino de transformar el país”.

Sanders hizo su cerrada defensa de la sanidad universal y recordó que hay que “pararle los pies a Wall Street y combatir el cambio climático”.

La distancia de Sanders con Clinton es prácticamente irreversible. Y sin embargo, el senador prometía seguir más allá de este Súper Martes.

“Sé que Clinton y el establishment consideran que pienso demasiado a lo grande. Pero tener una cobertura médica universal es nuestro derecho y la educación gratuita no debe acabar tras la primaria.

“Esto es una revolución política. No podemos dejar que los Donald Trumps del mundo nos dividan”, finalizó Sanders.