By - - 148 Comments

Un cambio en la legislación suiza en materia de fondos olvidados ha obligado a los banqueros suizos a romper el secreto bancario y a publicar en internet la lista de unas 2.600 personas que tienen cuentas inactivas en este país, desde hace al menos sesenta años, permitiendo así que sus herederos puedan reclamar los fondos depositados en las mismas.

Según la Asociación Suiza de Banqueros (ASB), casi 41 millones de euros, 44 millones de francos suizos, duermen en cuentas abiertas en los bancos suizos sin que nadie los haya reclamado desde 1874 en adelante. A esta importante cantidad de dinero se suma el contenido de ochenta cajas fuertes olvidadas hasta la fecha.

Toda persona interesada en saber si un antepasado suyo tenía una cuenta en Suiza puede consultar una lista, disponible en la página internet de la ASB, y rellenar, en caso de parentesco, un formulario que le permitirá reclamar su herencia. En el caso de que no haya reclamación dentro de los plazos estipulados, el dinero engrosará las arcas de la Confederación Helvética.

No solo hay suizos en la interminable lista publicada por la ASB, también hay norteamericanos, brasileños, alemanes, franceses, italianos y varios españoles, entre los que se encuentran Nicolás Bizcarrondo, español residente en París; Pedro Bofil, de Sabadell, o Enrique Lequerica y Erquiza, de Las Arenas.

Una de las curiosidades reveladas en la lista es que algunos de los titulares de las cuentas aparecen aún activos en el listado de clientes de los bancos suizos aunque nacieron en el siglo XIX o a principios del XX. También hay cuentas que pertenecen a sociedades o a varios herederos de una misma familia. Otras no tienen nombre, solo un número para identificarlas.

Aunque todos los países del mundo se han visto confrontados, en algún momento, a la cuestión de las cuentas olvidadas, en el caso de Suiza la problemática toma un cariz particular por tratarse de un país donde el secreto bancario, cuya supresión será efectiva en 2017, está inscrito en la Constitución.

Tras haber resuelto, a principios de la década de 2000, la cuestión de los fondos de las víctimas del Holocausto a través de un acuerdo firmado en 1998, entre los principales bancos suizos y los Estados Unidos, las autoridades suizas esperan que esta iniciativa acabe, de una vez por todas, con el tema de los fondos «durmientes».

Además, los banqueros suizos, que hasta la fecha han tenido que pagar cuantiosas multas por haber incitado a la apertura de cuentas ocultas en el país, tienen prisa por zanjar esta cuestión debido a que una cuenta olvidada la mayoría de las veces no ha sido declarada y representa un peligro para la entidad.