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La animadversión de Emilio Lozoya contra el ex presidente Carlos Salinas de Gortari queda en evidencia en todo momento en su declaración ante la Fiscalía General, dada a conocer hoy miércoles. Con una narración vibrante, el ex director de Pemex habla de cómo el ex mandatario operaba en su contra en medios, pedía contratos de Pemex para la empresa de uno de sus hijos y  como lo extorsionaba a a través de José Antonio González Anaya.

Se confirma de este modo la especulación que recorre el círculo rojo hace un mes. Lozoya dispara contra Salinas de Gortari y da sentido a las gestiones urgentes del ex presidente para conseguir su ciudadanía española.

Lozoya apunta a Juan Cristóbal Salinas, que le reclamaba 15 millones de dólares a Pemex por la cancelación de contratos en plataformas petroleras gerenciadas por la empresa Trese.  Es el hijo menor del ex presidente, graduado en la Ibero y fanático de las corridas de toros.

“Al enterarme los detalles, resulto que en dicha plataforma habría fallecido trabajadores por una explosión motivada por la falta de mantenimiento que debió dar dicha empresa. Recuerdo, incluso, haber visto fotos que muestras hoyos por corrosión en varias partes del equipo”, narra Lozoya.

Luego menciona que González Anaya lo hizo una advertencia por su negativa a atender el reclamo de Juan Cristóbal: ” cuidado con mi concuño Carlos Salinas de Gortari, que quien no ayuda a sus hijos o socios, son considerados traidores”.

Lozoya también vincula a Salinas de Gortari con el empresario Federico Martínez Urmenta, dueño de la firma Tradeco, constructora muy requerida en el sexenio calderonista y que perdió terreno cuando Enrique Peña Nieto llegó a Los Pinos.

“Salinas le pidió a mi padre que yo recibiera al empresario Federico Martínez, pues este estaba en problemas”, expresa Lozoya y agrega que en un viaje con Peña Nieto a Cali en 2013, este empresario le dijo al entonces presidente que era socio de Salinas de Gortari.

El ex director de Pemex carga contra otro empresario muy cercano a Salinas, Manuel Arroyo, dueño del periódico El Financiero. Según la declaración, Arroyo necesitaba un préstamo de la banca del Estado por 100 millones de dólares para evitar la quiebra del matutino especializado. El préstamo lo otorgó Bancomext aunque, según Lozoya, Arroyo rápidamente cayó en incumplimiento.