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El tema de la transparencia debe ser política diaria, sin frenos, sin pretextos, sin cortapisas, sin excusas y sin distinción. Cualquier obstáculo a la transparencia en la información pública, se convierte en opacidad.
Por muy pequeños que sean los detalles, se convierte en puntos oscuros en los que puede escabullirse la corrupción.
Fíjese usted, por ejemplo, en la página de transparencia del Ayuntamiento de Nuevo Laredo. En la sección “Orden del día de las reuniones de cabildo Administración 2018-2021”, aparece la primera el 1 de octubre del 2018, y la última el 13 de noviembre de 2019.
Lleva ocho meses sin actualizarse esa información. ¿Por qué es importante? Porque ahí debería consultar la ciudadanía, inmediatamente, los temas que se tocarán en sesión de cabildo.
Casi un año de retraso es excesivo, desde cualquier punto de vista. Quizá nos digan que la información la puedes pedir por otra parte, o encontrar en algún otro sitio,pero esas son excusas. En la página de transparencia, en donde debería estar, no está, punto.
El padrón de proveedores está hasta el 2019 y ya vamos a más de la mitad de este año. La cuenta pública del DIF municipal está hasta 2019.
Con el pretexto de la pandemia, los gobierno municipales han justificado la
opacidad, haciendo a un lado las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales, que promueven precisamente lo contrario, que ante climas de crisis, haya mayor transparencia tanto en los presupuestos generales, como en los gastos por Covid-19.
¿Cuánto y en qué se ha gastado el gobierno municipal en el Covid-19?
Casi nadie lo sabe. Ni siquiera los funcionarios o regidores.
¿Usted qué opina?

Fuente: El Mañana