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En el Metro de la Ciudad de México, así como en el resto del transporte público, existe un grave problema: las agresiones sexuales hacia mujeres y niñas. Ante las altas cifras de acoso, desde hace varios años se designan vagones exclusivos para mujeres en el Metro. Sin embargo, a pesar de los señalamientos, es común que algunos hombres insistan en abordarlos, en algunas ocasiones, con la complicidad de las autoridades.

Esta situación quedó evidenciada esta semana con un video que Cynthia Híjar, usuaria del Metro, compartió desde la estación Etiopía de la Línea 3. Ella pidió a una mujer policía que hiciera cumplir el reglamento y bajara a los hombres del vagón exclusivo de mujeres. Sin embargo, recibió negativas como respuesta con el argumento de que el horario de ‘maniobras’ es de 6 a 10.

Y después, en una historia digna de Mundo Enfermo y Triste, en lugar de sacar a los hombres que estaban incumpliendo con ese reglamento, la policía intentó sacarla a ella a la fuerza.

Sin embargo, como después aclararía el Sistema de Transporte Colectivo en su cuenta de Twitter, el horario de vagones exclusivos es permanente durante los siete días de la semana:

También el Instituto Nacional de las Mujeres se pronunció al respecto y aclaró que el horario de vagones exclusivos para mujeres y niñas es permanente y que, como señalan los artículos 161 y 230 del Reglamento de Ley de Movilidad de la CDMX, quien viaje en los vagones exclusivos y no se encuentre en una de esas condiciones (mujeres, niñas, niños, mujeres adultas mayores y mujeres con discapacidad) puede ser acreedor a una sanción.

Y sí, a los hombres adultos mayores y a los hombres con discapacidad les corresponde usar los vagones mixtos, donde les tienen que ceder el lugar reservado para ellos.

En entrevista con Plumas Atómicas, Cynthia explicó que la petición hecha a la policía no se trató de un simple berrinche:

“Las acciones afirmativas son medidas temporales, como los vagones exclusivos para mujeres, que disminuyen la violencia diaria contra mujeres y niñas. No resuelven el problema de fondo porque para eso también se necesitan acciones educativas y de sensibilización, pero son necesarias”.

Después del incidente, Cynthia presentó una queja en Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública, donde abrieron una carpeta con su caso y le informaron que la policía que aparece en el video cometió una falta. Las sanciones pueden ir desde una amonestación hasta arresto. “Esto último es muy poco probable que ocurra. Lo mejor sería que los policías reciban capacitación con perspectiva de género y que ella recibiera un curso de sensibilización”, dijo Cynthia.

Cynthia Híjar no solo se enfrentó a las agresiones de policía y pasajeros (una de ellas la amenazó con ‘ponerle en su madre’ si se bajaban en la misma estación). También, desde que su video alcanzó varios miles de reproducciones, ha recibido cientos de mensajes de odio y amenazas.

A pesar de que todos los días llegan a los medios casos de acoso, abuso y otros tipos de violencias contra las mujeres, el tema de los vagones exclusivos sigue ofendiendo a quienes se oponen a ellos: los espacios separatistas pueden parecer contradictorios, pero son necesarios. En una ciudad en la que ser mujer implica enfrentarse a potenciales agresiones día tras día, los vagones exclusivos son un espacio seguro del que aún no se puede prescindir.

Por supuesto que la gran mayoría preferiría que los vagones no fueran necesarios. El verdadero problema es la violencia sistemática contra las mujeres, no los vagones exclusivos ni, mucho menos, las mujeres que hacen respetar sus derechos.