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La energía de Justin Bieber y su deslumbrante show encendieron anoche a más de 51 mil fans en el Estadio BBVA.

Justin Bieber regresó a la Ciudad después de cinco años, más maduro en el escenario y en un concierto en el que su hazaña fue reunir a 51 mil 500 personas (cifra oficial) logrando anoche un sold out en el Estadio BBVA Bancomer.

En el arranque de la segunda etapa de su Purpose World Tour, el canadiense de 22 años desató una desbordante locura entre las “beliebers” que gritaron sin fin.

Este concierto histórico, por ser el primero que se realiza en el estadio del equipo de futbol Monterrey, provocó histeria y lágrimas de emoción entre niñas y adolescentes.

Muchas de ellas estaban acompañadas por sus papás y gozaron del imponente espectáculo que incluyó tres escenarios, una pasarela y varias plataformas ascendentes.

Justin dejó su huella con “Mark my Words”, con el que abrió a las 21:25 horas, cuando apareció “encerrado” en un cubo transparente.

El show también fue explosivo, no sólo por su energía, sino también por la pirotecnia con la que abrió y cerró.

El despliegue del espectáculo fue deslumbrante por los elementos de alta tecnología que apantallaron a lo largo del show.

Un impecable juego de luces envolvió a todos mientras que el artista corría por una rampa.

Si la sola presencia del canadiense era la locura, cuando se tocaba la entrepierna, los gritos de las chavas subían de tono.

El artista demostró su versatilidad al cantar baladas y otros temas más poperos, urbanos y rap.

También presentó un momento acústico en el que se sentó en un sofá, tomó la guitarra y compartió “Love Yourself”, en la que por cierto tosió un par de veces.

El Justin de anoche lució diferente al adolescente de 17 años que vino por primera vez en el 2011, y no sólo físicamente. El nivel de su producción fue más espectacular.

El show de anoche fue el primero de la segunda etapa de su Purpose World Tour, que el año pasado quedó en el sexto lugar de las giras con mayores ingresos a nivel mundial.

Antes del tercer tema, se dirigió por vez primera a sus fans.

“¿Cómo se sienten esta noche?”, dijo en inglés.

“Ha pasado tiempo desde que estuve en México y sólo quiero decirles: te amo”, agregó, desatando la euforia por decir “te amo” en español.

Continuó con “Been You” y la tos siguió, pidió un bote con agua y luego vino “Company” y “No Pressure”, una de las más coreadas de la noche.

Después del tema de Backstreet Boys “As Long As You Love Me”, se aventó un solo en batería.

Aunque el show tenía enloquecidas a las chavas, el artista nunca sonrió ni hizo contacto con las fans que estaban adelante y estiraban la mano con la esperanza de que las tocara, pero no lo hizo.

Su voz se escuchó bien, aunque en ocasiones hizo “playback”, sobre todo en los temas que requerían de más baile.

El turno para las invitadas regias llegó con “Children”, donde tuvo cuatro adolescentes de la Ciudad con él: Fernanda, Isa, Mía y Mariana, a quienes al final del tema abrazó y felicitó por su buen ritmo.

“¿Listos para el siguiente tema?”, preguntó el ídolo, quien prácticamente no cruzó palabras con su público, y cantó “Let Me Love You”.

Los recuerdos de “Baby” llegaron a las 22:50 para seguir con “Purpose” y finalmente decir adiós con un “Sorry”.

Pero ¿de qué tendría que pedir perdón Justin? Sólo de provocar la histeria de las jóvenes regias que lo aman desenfrenadamente y que disfrutaron este reencuentro de 85 minutos al máximo.