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El cabildo firmará hoy una resolución para condenar el uso de químicos para fumigar la orilla del río Bravo y erradicar el carrizo. 

También se apoyará el uso de métodos naturales y mecánicos para cortarlo.

La propuesta la presentará el regidor George Altgelt, quien tiene una gran inclinación por la protección ambiental y quien de esta manera decidió unirse a los esfuerzos de los activistas del Centro Internacional de Estudios del Río Grande en la lucha para proteger el afluente y la salud de la comunidad.

Altgelt pedirá el respaldo del cabildo para firmar una resolución que condene el uso de un químico llamado Imazapyr, que tiene altos efectos tóxicos tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas.

El Regidor del Distrito 7 solicitará apoyar los esfuerzos del programa de manejo del carrizo implementado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos mediante el uso de avispas y de tractores con cuchillas para cortarlo.

Esta semana, ambientalistas del Centro de Estudios externaron su preocupación por una propuesta del gobierno de Texas para usar químicos altamente tóxicos para eliminar el carrizo de la orilla del río Bravo.

Las autoridades estatales planean usar helicópteros para fumigar la ribera del Bravo con químicos altamente tóxicos y peligrosos. El plan es comenzar en Del Río, Texas y luego extender río abajo hacia Laredo.

Altgelt considera importante oponerse a este proyecto porque se corre el peligro de contaminar la toma de agua potable de la ciudad río arriba si el estado fumiga con estos químicos desde al aire.

Este proyecto es encabezado por el senador Estatal de San Antonio, Carlos Uresti, y por la Junta del Estado de Texas para la Conservación del Agua y del Suelo (TSSWCB).

“No se han hecho estudios de impacto ambiental para medir los riesgos potenciales ni para medir el daño que pueden causar estas sustancias químicas en el ecosistema”, dijo Tricia Cortez, directora ejecutiva del Centro Internacional.

Indicó que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos ya usó otros métodos menos peligrosos para el ambiente en un tramo de 558 millas de riberas desde Del Río hasta Brownsville, Texas, utilizando avispas para comerlo y tractores con cuchillas.

Los científicos del Departamento de Agricultura demostraron que este método ayudó a ahorrar 4.4 millones de dólares para la conservación de 814 hectáreas de agua para uso agrícola, que de otra manera serían consumidas por el carrizo.